Aquí presentamos el PRÓLOGO de esta nueva edición 2018.
“MACHU PICCHU, EL MAS FAMOSO MONUMENTO ARQUEOLOGICO DEL PERU” de Luis E. Valcárcel
La publicación de una nueva edición de: Machu Picchu, el más famoso monumento arqueológico del Perú, libro clásico del gran historiador y etnólogo Luis E. Valcárcel es una muy buena noticia, pero que esta nueva edición sea bilingüe (español – inglés) es magnífica.
El Libro publicado originalmente en Buenos Aires en 1964, es uno de los primeros que se ocuparon de esta ciudadela Inca, con una autoría y planteamiento andino, después del publicado por Hiram Bingham en 1930.
Pero la relación del autor con Machu Picchu y su descubrimiento fue muy cercana y tendrá mucho que ver con su esfuerzo constante en la protección de nuestro patrimonio arqueológico.
Luis Eduardo Valcárcel Vizcarra fue uno de los más importantes investigadores de la cultura peruana antigua, especialmente de la civilización inca. Nació en la costa peruana, en el puerto de Ilo, desde muy temprana edad fue llevado a vivir al Cusco por sus padres, allí en la ciudad imperial, creció y se formó, convirtiéndose muy pronto en un influyente y destacado intelectual. Su vida estuvo siempre enfocada en su preocupación por revertir la situación de marginación que sufría el hombre del ande y de la selva, así como por reivindicar la otrora gran cultura andina, en especial la civilización inca.
Valcárcel fue uno de los protagonistas de la huelga estudiantil en 1909 que produciría la reforma en la Universidad San Antonio Abad del Cusco y que repercutiría más tarde en el nombramiento del nuevo rector, el norteamericano Albert Giesecke, quien daría información clave a Hiram Bingham para el descubrimiento científico de Machu Picchu en 1911.
Este descubrimiento influenció de forma decisiva en Valcárcel para que dedicase su vida al estudio de la prehistoria peruana. Es así como en 1913 funda el Instituto Histórico del Cusco, para monitorear y proteger del contrabando los monumentos y objetos arqueológicos, nombrando a Hiram Bingham miembro honorario, coincidentemente poco después esta institución sería quien supervisaría el trabajo realizado por la expedición dirigida por Bingham los siguientes años en Machu Picchu.
A pesar de algunas desavenencias que tuvieron Valcárcel y Bingham por la extracción de piezas arqueológicas en la ciudadela inca, Valcárcel, como lo indica en el presente libro, fue uno de los primeros estudiosos peruanos en reconocer a Bingham como su descubridor científico, despejando las dudas de su no reconocimiento por muchos otros críticos.
Pero Valcárcel poco a poco fue consiguiendo un mayor ascenso entre las filas de los intelectuales peruanos, en 1923, ya como catedrático de la Universidad San Antonio Abad del Cusco, funda el Museo Arqueológico, el actual Museo Inca, para preservar los objetos arqueológicos de la región.
En 1930 es llamado a Lima por el nuevo gobierno del presidente Sánchez Cerro para dirigir el Museo Nacional, aprovechando esa oportunidad logra, como nunca se consiguió antes, importantes recursos para poner en valor los monumentos arqueológicos de la región sur. Es así como regresa a su Cusco querido, funda el Instituto Arqueológico y dirige las excavaciones entre 1933 y 1934, redescubriendo la ciudadela de Sacsayhuaman y rescatando los más importantes monumentos arqueológicos, entre ellos Machu Picchu, que tal vez por primera vez desde la expedición de Bingham en 1912, nunca más se volvería a cubrir de vegetación.
Valcárcel comenta en sus Memorias, “Siguiendo por el Urubamba llegamos a Machu Picchu. La maleza había cubierto casi por completo las construcciones y la trocha de acceso prácticamente no existía. Tardamos más de tres horas en ascender desde el río hasta las ruinas. Allí nuestro trabajo se limitó a la limpieza de las edificaciones y a construir el camino carretero y el pequeño hotel que hasta hoy se utilizan….”. (Memorias, 1981, Pág. 291-292).
El trabajo realizado por Valcárcel en estos años fue reconocido no sólo en el país sino internacionalmente, la revista inglesa London News publicó una serie de artículos sobre el tema. En 1935 Valcárcel, apreciando su invalorable capacidad y experiencia, invitó al arqueólogo Julio C. Tello para visitar los diferentes monumentos restaurados, entre ellos Machu Picchu. Es así que gracias a estos trabajos se deja trazado el camino para el desarrollo turístico de la ciudadela.
Luego de unos años en un viaje a los Estados Unidos en 1941, Valcárcel se encontraría con Bingham en Washington DC, seguro para limar asperezas y conversar de su mutua pasión, la ciudadela Inca.
En esta cautivante obra Valcárcel nos da una idea de lo que fue aquel monumento de la antigua cultura del Perú, nos narra como pocos su gran admiración por la ciudadela inca, nos habla de su sacralidad, de sus misterios, de su deslumbrante arquitectura, de su impresionante entorno en el valle del Urubamba, nos cuenta que además de ser un centro político y social tuvo un carácter predominantemente mágico-religioso.
Promueve la tesis de que Pachacuti, el noveno monarca Inca, fue su constructor, tesis que las ultimas investigaciones han confirmado.
Es una obra que nos da una visión completa del proceso cultural que tuvo el Tahuantinsuyo, pero con una visión andina, como la tuvo el maestro Valcárcel.
Como nieto y promotor de la obra del maestro Valcárcel, nuestro agradecimiento al Fondo Editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, por acercar este importante trabajo a un público mucho más amplio y diverso, de quien innumerables veces visitó e investigó la ciudadela Inca.
Luis Fernando Brugué Valcárcel
Director
Centro Luis E. Valcárcel
www.centroluisevalcarcel.com
El libro se puede encontrar en Lima, en las siguientes librerías: El Virrey, Epoca y Communitas.